Los que saben, prefieren
motilar y peinar a un adulto que a un niño, pero Margarita María
Betancur Merino, gerente de Pelitos, descubrió hace 25 años que ese
oficio era más que rentable y hace tres decidió que la franquicia era el
modelo de expansión que reclamaba su negocio.
Además
del local inicial, en Laureles, la peluquería infantil tiene hoy nueve
réplicas en el Valle de Aburrá y espera en el primer semestre de este
año abrir en Barranquilla y en Bogotá.
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